Llegó a cumplir la misión que se le encomendó al nacer, dio dicha y felicidad a sus padres y a todas las personas que pudieron compartir su camino, dando fe de su entrega absoluta como hijo, hermano, compañero y amigo. Siempre lideró la etapa que le tocó vivir, exaltando los valores recibidos en su hogar y en las instituciones educativas que contribuyeron a su formación integral, logrando hacer de él un gran ser humano, valioso miembro de nuestra sociedad para orgullo de sus padres y de nuestra institución. Te damos gracias Señor por habernos permitido conocerlo y hacer parte de su existencia.
Estamos golpeados, ha sido un año muy difícil para la familia Carrasquillera, pues hemos sufrido pérdidas invaluables (Alex Fernando "Alfer", Andrés Fernando, Jhon Erickson y ahora Miguel Alejandro), pero como se lo expresé a su madre, tú Señor eres el dueño de la vida y sabes cómo, cuándo y porqué suceden las cosas. Aceptamos tu Santa voluntad y nos refugiamos en ti que todo lo puedes, para superar con resignación este duro momento. Hasta siempre Miguel Alejandro "El Grande", descansa en paz.